28 y bajando

Casi no nos damos cuenta, no sabemos a veces ni percibir los cambios ni reconocer la mella que Don tiempo hace en nosotros.

A veces un día se nos hace interminable y otras, en cambio, se pasa tan rápido que casi no nos da tiempo a saborear un momento cuando ya estamos viviendo otro tan o mas entrañable que el anterior.

La vida de cada uno de nosotros es como un vagón de un largo tren; a lo largo del viaje se van subiendo personas que permaneceran para siempre sentadas a nuestro alrededor, pero también habrá quienes se iran bajando en cada una de las estaciones, unas veces por voluntad propia y otras por caducidad de su billete.

Hace algún tiempo subió a mi vagón una persona muy especial (o quizá fuí yo la que subió al suyo, no sé); de cualquier modo, son ya muchas las paradas que podemos contabilizar de forma conjunta, son muchas las que hemos ido dejando atrás en nuestro personal caminar y otras tantas las que aún nos quedan por añadir a nuestra particular agenda de viajeros ... unas, han sido o seran, mas bonitas que otras, algunas amargas, otras dulces, pero todas, al fin y al cabo, necesarias para curtir este vagón.

En 28 días (y bajando) llegaremos a una estación muy especial, una por la que ya hemos pasado, una en la que quizá decidimos subirnos al mismo tren, una parada obligada en nuestro recorrido, una que, si el viento del sur nos acaricia con su fortuna, enmarque una serie de planes y sueños venideros.

Ahora, lento es el paso de Don tiempo...cuando tanto se ansía, mas y mas se desespera. No impaciento, solo anhelo; solo sueño llegar a esa estación y abandonar momentaneamente nuestro vagón, no por desertar este viaje conjunto, todo lo contrario, es solo para bajar y, como comunmente solemos decir, "estirar un poco las piernas"; no es necesidad de descanso, uno nunca se puede cansar de lo que adora, es solo alimentar y endulzar este largo camino que practicamente acabamos de empezar.

28 y bajando.... (3 x .....)