En los días de viento parece que hasta el pensamiento anda ciertamente intranquilo.
En los días de viento parece que la maquinaria que mantiene a punto nuestra perspectiva se tambalea y nos hace dudar.
En los días de viento parece que un soplo de aire fresco (quizá demasiado) hace desaparecer de nuestas mismas narices los nubarrones que no nos permiten ver.
Y es que en
los días de viento no se permite decir "estoy como el día" porque el día prácticamente no está.
En realidad casi en cualquier momento, en cualquier instante puede uno notar un clic interior y descubrir algo que le parecía desconocido o que simplemente quería obviar; pero me pasa que los días de viento (además del tradicional dolor de cabeza) me trae un intenso ajetreo mental; aunque quizá sea eso lo que me produzca el dolor de cabeza y no la diferencia de presiones; no sé.
El caso es que llevo unos días dando vueltas a un asunto, unos días que no son pocos, ni muchos, quizá los suficientes. Y hoy, justo hoy, con este viento enfadado que soplá en el desierto parece que la claridad ha llegado a mi pensamiento y lo he visto todo claro.
Quizá ya lo tenía todo claro y simplemente no quería verlo (dicen que no hay mas ciego que el que no quiere ver); pero sea como fuere hoy ha llegado la claridad a mi mente y lo veo todo con total nitidez.
Hoy veo lo que fue, ylo que no fue. Quienes fueron y quienes dejaron de ser. Quien está y quien se fue. También veo quien llegó y quien nunca se marchó.
Hoy veo cómo y por qué fue.
Hoy el viento me ha acompañado en mi dislumbrar de algunas cosas, que no han sido ni muchas ni pocas, solo las que tenían que ser y han sido buenas.
Y es que, en los días de viento parece que hasta el pensamiento anda ciertamente intranquilo, que la maquinaria que mantiene a punto nuestra perspectiva se tambalea y nos hace dudar y que como si de un soplo de aire fresco se tratara (quizá demasiado) hace desaparecer de nuestas mismas narices los nubarrones que no nos permiten ver.
En los días de viento parece que la maquinaria que mantiene a punto nuestra perspectiva se tambalea y nos hace dudar.
En los días de viento parece que un soplo de aire fresco (quizá demasiado) hace desaparecer de nuestas mismas narices los nubarrones que no nos permiten ver.
Y es que en

En realidad casi en cualquier momento, en cualquier instante puede uno notar un clic interior y descubrir algo que le parecía desconocido o que simplemente quería obviar; pero me pasa que los días de viento (además del tradicional dolor de cabeza) me trae un intenso ajetreo mental; aunque quizá sea eso lo que me produzca el dolor de cabeza y no la diferencia de presiones; no sé.
El caso es que llevo unos días dando vueltas a un asunto, unos días que no son pocos, ni muchos, quizá los suficientes. Y hoy, justo hoy, con este viento enfadado que soplá en el desierto parece que la claridad ha llegado a mi pensamiento y lo he visto todo claro.
Quizá ya lo tenía todo claro y simplemente no quería verlo (dicen que no hay mas ciego que el que no quiere ver); pero sea como fuere hoy ha llegado la claridad a mi mente y lo veo todo con total nitidez.
Hoy veo lo que fue, ylo que no fue. Quienes fueron y quienes dejaron de ser. Quien está y quien se fue. También veo quien llegó y quien nunca se marchó.
Hoy veo cómo y por qué fue.
Hoy el viento me ha acompañado en mi dislumbrar de algunas cosas, que no han sido ni muchas ni pocas, solo las que tenían que ser y han sido buenas.
Y es que, en los días de viento parece que hasta el pensamiento anda ciertamente intranquilo, que la maquinaria que mantiene a punto nuestra perspectiva se tambalea y nos hace dudar y que como si de un soplo de aire fresco se tratara (quizá demasiado) hace desaparecer de nuestas mismas narices los nubarrones que no nos permiten ver.
2 anexos a este capítulo:
pues yo conozco a alguno que nunca se marchó, siempre estuvo ahí, o por lo menos eso dice él, aunque se mal interpetró aquello de que al enemigo ni agua, ya sabes aquello que por el nivel del enemigo también se sabe el nivel de la persona.
Salvador Moreno
Ahm si? Y quien es ese que nunca se marchó y siempre estuvo ahí?
Salvador, si es que así te llamas, ya son dos las veces que me escribes aquello del enemigo y el nivel de la persona. ¿Aparcamos las metáforas y hablamos claro?
Un saludo
Publicar un comentario