En cierta ocasión osé preguntar a un amigo que regalo podía sugerirme para hacer a otro amigo, y el primero me contestó que el regalo que no tuviera que pensar sería el adecuado, porque simplemente abría surgido de mi sin estar dando vueltas y vueltas en pensar si agradaría o no.
Con las palabras creo que pasa exactamente lo mismo. ¿Qué hacemos cuando pensamos lo que tenemos que decir? Pues creo que lo mejor en esos momentos es callar. Si nos encontramos delante de la persona que amamos, o de un amigo o de un conocido y antes de pronunciar siquiera la primera palabra tenemos que pensar que decir o que no decir, creo que es mejor que permanezcamos en silencio.
Las cosas mas importantes ni siquiera se suelen decir, en la gran mayoría de los casos se demuestran con hechos y con gestos. Podemos a veces ofender con palabras, pero también podemos ofender mucho mas con el silencio. Ningún insulto pronunciado jamás hirió tan profundamente como la ternura que esperamos y no recibimos. Nadie jamás se arrepintió tan amargamente de una indiscreción pronunciada como de cosas que dejó sin decir.
Es importante saber qué decir, pero aun mas importante creo que es saber cuando callar.
Difícil elección esta la de hablar o callar...
Con las palabras creo que pasa exactamente lo mismo. ¿Qué hacemos cuando pensamos lo que tenemos que decir? Pues creo que lo mejor en esos momentos es callar. Si nos encontramos delante de la persona que amamos, o de un amigo o de un conocido y antes de pronunciar siquiera la primera palabra tenemos que pensar que decir o que no decir, creo que es mejor que permanezcamos en silencio.
Las cosas mas importantes ni siquiera se suelen decir, en la gran mayoría de los casos se demuestran con hechos y con gestos. Podemos a veces ofender con palabras, pero también podemos ofender mucho mas con el silencio. Ningún insulto pronunciado jamás hirió tan profundamente como la ternura que esperamos y no recibimos. Nadie jamás se arrepintió tan amargamente de una indiscreción pronunciada como de cosas que dejó sin decir.
Es importante saber qué decir, pero aun mas importante creo que es saber cuando callar.
Difícil elección esta la de hablar o callar...
1 anexos a este capítulo:
Pues yo no creo en absoluto que debamos callarnos cuando tenemos que pensar lo que decir. Es más, pienso que sería bastante interesante que nos tomáramos la molestia de pararnos a pensar un momento lo que vamos a decir, o más bien, qué podemos decir en determinada situación y luego, tras esa breve parada (aunq sea una parada de segundo) decidir si callamos o hablamos. Las palabras que salen a lo loco y sin pensar, casi nunca lo hacen para bien,como dice el la sabiduría refranera... las prisas no son buenas consejeras...
Hace algunos días hice en mi blog una reflexión precisamente sobre esto, por si te interesa leerla y saber lo que opino yo acerca del valor de las palabras.
Saludos, desde Sevilla, churry!
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