Como niña con zapatos nuevos...

Esta semana previa a la Semana Santa no podría describir mi ánimo de otra manera que no sea como el de una niña con zapatos nuevos. Y mira que a mi me gustan los zapatos....

La cuaresma ya vive su recta final para dejar paso a una semana de cofradías, de vivir en la calle, de andar por callejuelas, de esperar momentos vividos el año pasado, y el anterior, y el anterior y aunque iguales en principio totalmente diferentes en realidad.

Casi de ponerme a imaginar lo que esta por venir la sensación que me alcanza es similar a la ilusión y nerviosismo que vivo ciertos días de la semana mas santa del año. Y ganas!!! Muchas ganas de salir a la calle y ver cofradías, de disfrutar de ratitos de tertvlias improvisadas en una esquina de la ciudad (de la que sea). Ganas de ser testigo de esos momentos que cada año marcan de manera protagonista la semana santa y que será tema que alimentará muchas conversación en el año que nos queda por delante cuando esta semana que nos toca ahora vivir termine.

Porque todo llega y todo pasa y vivimos casi con agonía ese final incluso antes de que haya empezado; pero es que nos gusta tanto.... y dura tan poco...... y la esperamos con tantas ganas.... y la queremos exprimir al máximo.

Son, casi con toda seguridad, los mejores días del año; estos en los que esperas, y organizas, y programas e imaginas. Éstos en los que ya casi estás, pero aun no ha llegado. Éstos en los que las conversaciones son monotema, éstos en los que intentas buscar la mas mínima señal o resto de ensayo, mudá o retranqueo para saber que estás apurando al máximo los días cuaresmales.

De cualquier modo, ya casi estamos, ya estamos preparados para disfrutar.